|
Un
poema de Juan Gelman a Leopoldo
Marechal Caras bondad
verdad belleza dijo son
las tres caras de Dios dijo y
se le caía una luz de
la memoria la mitad donde
Dios era como muerte que
persuadía al niño para que
corriera a la selva en traje de
780 años o
como cuando sedució a
la comtessa de dia alta que
sus graves penas pasó por
no entregar querer o amor y
ese fue su más grande yerro en
el lecho o cuando vestida se
miraba bajo la tela el
brazo solo el brazo oscuro que
no fue almohada para nadie y
se secó y trajo el otoño y
los días se le cayeron como
hojas que crujían y parecían
padecimientos y
nunca más las dulces cuitas ese
leopoldo marechal bondad
verdad belleza dijo y
se le caía una luz y
las mentiras viajan 100 años
y jamás llegan la verdad
revela que es mejor decir
la verdad y morir y
leopoldo se murió no
furioso contra los que lo
orinaron vivo y sangrante o
le pisaron el gran pájaro que
cantó y saltó como vivo toda
la tiempo que viviera o
le echaban en la mitad tierrita
sucia que les sobra cada
vez que la boca abren ya
que los polvos de la mundo se
depositan en algún sitio
o lugar y ciertamente hay
hambre por toda la cielo se
bajan a matar espadas alzan
un viento de caballo eh
don leopoldo marechal por
sus dos tiempos transcurrió lo
vestía como una túnica tejida
por el pueblo a los
buenos bellos verdaderos que
amasan pan atrás de todo o
dan de comer al claror que
sube de la muerte aunque empuje
niños a la selva porque
no hay Dios como la boca hay
que ofrendarse diariamente para
no hablar o no digamos lo
que es la garganta del alma ea
esas hambres vamos quiá o
ca mejor disimulemos de
leopoldo saltó un leopardo lleno
de trágico valor que
se comía toda la hambre la
más violeta de guardar el
poldo o pardo en su león o
astro que ardía con sus noches sin
saber si iba alzarse otra como
temiendo por la luz ea
leopoldo marechal cuando
cesó se le pararon todos
los ojos que guardaba donde
llorar en la cocina o
cocinar el lloro como un
tallo de maíz cargado de
hijitos en la espalda o como espada
la más vengadora la
del pueblo que dulce viste sus
heridas como soldados agradecidos
a la mama fue
así que leopoldo hizo: un
búfalo que anda en el aire un
falo que anda en la nación un
lo que anda hoy no andará mañana
cuando estemos suaves como
olvidados apagados bajo
la patria o tierrecita que
leopoldo regó y amó y
levantaba ciudadelas para
cuidarla humanamente y
dejándose bien atrás se
puso delante de todos y
así le crecieron noches al
bueno bello verdadero un
gran silencio lo cubrió un
gran amor lo destapó y
de sus brazos descendían calores
para la mitad herida
donde se inclinaba pasaba
como ungüentos sobre los
como tristes leopardos que
crepitan en el país ea
esas hambres vamos quiá de
leopoldo caía una luz y
cuando se fue su caballo se
encaminaba lento a la
grande sombra do lo pacen y
él sigue dando de comer y
su belleza se transforma en
otra parte de la mundo diseminado
como un pueblo como
si amaran no distintos (de
"Fábulas", © Juan Gelman,1971)
|